Siendo muy puta gracias a la Gran BrujaTG

Raul salió de casa con ese nuevo cuerpo, estaba excitada, estaba feliz, con un cuerpo de infarto, era una rubia poligonera con unos pechos perfectos, unas caderas y un culo que era una tentación, una rubia perfecta para meterle unos cuantos polvos. Cada paso era muy excitante para Raul, hasta que la bruja quiso subir un poco mas la apuesta e hizo que la rubia pasara por su cabeza el tema de prostituirse, tenía que disfrutar del sexo, de comerse una polla, de ser penetrada, penetrada analmente, vaginalmente.

Raul con ese cuerpo tan perfecto disfrutaba con el sexo, de casa en casa de sus clientes y convertía sus camas en un sitio de placer sin fin.

Ella gritaba sin cesar, sus gemidos eran un premio de placer, era tan genial como apretaban sus carnes, como apretaban sus pechos, como esas pollas entraban enteritas, grandes, muy grandes entraban por su coño.

Como su ano se lubricaba tanto que entraba esas pollas, que hacían que rebotaran sus cojones contra él, la chica cerraba los dientes con fuerza por el placer, por el gusto de la penetración anal.

Era un gustazo ser violada por esos hombres y recibir tanto dinero, sobre todo teniendo ese cuerpo.